Las células madre de la sangre de cordón umbilical tienen cada día más y mejores aplicaciones para el tratamiento de diversas enfermedades hematológicas, tanto hereditarias como adquiridas, llegando incluso a superar en su eficacia a las células madre de médula ósea, las tradicionalmente utilizadas para este fin.
Esto fundamentalmente es debido a que se obtienen muy fácilmente, no son tumorígenas, como ocurre con las células madre embrionarias y a que tienen una reducida inmunogenicidad, por lo que la posibilidad de rechazo después del trasplante es menor que cuando se utilizan otro tipo de células madre.
El principal inconveniente es el escaso número de células madre que tienen algunas muestras de sangre de cordón umbilical, lo que dificulta su uso en adultos, aunque cada día se están actualizando nuevas técnicas para expandir el número de células existente en la sangre de cordón umbilical y así facilitar su uso.